martes, 20 de abril de 2010

La era de Rodin


Más de 20.000 personas han visitado hasta ahora, en el Espacio Cultural de CajaCanarias en Santa Cruz de Tenerife, la exposición 'La era de Rodin', integrada por 54 esculturas en bronce, mármol y yeso del escultor francés François-Auguste Rodin (1840-1917), considerado padre de la escultura moderna.

La muestra, organizada en colaboración con el Museo Soumaya de la Fundación Carlos Slim de México, se inauguró el pasado 12 de enero y durante los casi cuatro meses que ha permanecido abierta ha contado con gran acogida tanto por parte del público como de la crítica especializada.

La exposición de esculturas, con la que la entidad de ahorro inició el pasado mes de enero un programa especial de actividades para conmemorar el centenario de su fundación, puede contemplarse hasta el próximo viernes 30 de abril, en horario de lunes a viernes de 11.00 a 13.00 y de 17.00 a 21.00 horas, así como los sábados de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas.

Durante estos meses, han podido contemplarse en el Espacio Cultural de la entidad un buen número de las esculturas de Rodin que ya forman parte del imaginario universal en el que ha prevalecido la belleza ideal de esculturas como 'El pensador', 'El beso' o 'La eterna primavera', obras que ya en su época seducían por su virtuosismo clasicista. Las figuras expuestas trasladan al espectador al ideario estético de la Francia del siglo XIX, como la 'Máscara de la nariz rota' (1864), en la que Auguste Rodin rompe con el academicismo entonces imperante.

También se puede contemplar una maqueta de 'Los burgueses de Calais' o los bocetos de 'La puerta del infierno', los dos proyectos más entrañables para el célebre escultor. De este último merecen especial atención dos presencias icónicas para la cultura universal: 'El pensador' (1880-1881), emblema del pensamiento libre, y 'El beso' (1886), aliento del amor. El mundo del retrato también está presente en esta colección, como la figura idealizada de 'Suzón' (1873), esculpida en su juventud; 'Lady Sackville' (1913), donde se plasma la madurez del escultor; o 'Balzac con hábito de monje dominico' (1892), valorado como un hito de la escultura moderna que Rodin consideró la suma de todo su arte.

El tema de la fragmentación y el movimiento reúne en esta muestra manos y bailarinas que plasman figuraciones y volúmenes precursores del vanguardismo en escultura como 'La catedral' (1908), 'La gran mano crispada' (1884-1886) y el 'Estudio para Iris, mensajera de los dioses' (1890-1891).

El nombre de la muestra, 'La era de Rodin', alude a la duración y características durante cierto tiempo de la creación artística de Rodin. En concreto, esta colección reúne los proyectos más importantes del escultor francés, los mitos y alegorías con que revalorizó las fuentes clásicas, así como su legado, que se manifiesta en el aliento con que formó a las nuevas generaciones.

La exposición incluye también algunas de las obras más distintivas de otros cinco escultores franceses contemporáneos de Rodin. Así, se puede contemplar 'El arquero', de su alumno Emile-Antoine Bourdelle; 'La ola' y 'El gran vals', de Camille Claudel, modelo y amante de Rodin; o 'El genio de la danza' y 'Cupido desarmado', del que fuera uno de sus maestros, Jean-Baptiste Carpeaux. También hay trabajos de Paul Dubois y Albert Ernest Carrier-Belleuse.

LA OPINIÓN DE TENERIFE.

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